jueves, octubre 24, 2013

HUELGA!!!

Sí, hoy toca huelga, y yo en el trabajo, pero tengo excusa, de hecho varias, para justificar mi "falta" de "solidaridad" con mis "compañeros". La primera de las excusas es que, en los momentos en los que estoy, no quiero ni puedo alterar mi vida por esta protesta. No es que no esté de acuerdo con la protesta, que sí, de eso hablaré luego; es que últimanete tengo otras prioridades, físicas y mentales, que pasan, entre otras cosas, por evitarme problemas, dificultades (no más que las necesarias) y, especialmente, complicaciones. Miré pon encima la posibilidad de cambiar mis actividades de hoy y, como la cosa se planteaba difícil, rápidamente descarté la opción.

La segunda de las excusas es la tarea que estoy haciendo hoy: la burocracia necesaria para contratar a una persona válida. Que en los tiempos en los que estamos, contratar, o hacer gestiones para ello, debería ser premiado con una medalla, o al menos con una muñeca chochona o un jamón de bellota, pata negra, oiga usted!.

Pero vayamos con la protesta. Y no es que uno no piense que es la peor ley de educación en los últimos 50 años, que probablemente lo sea. Es que, como se viene comentando, cada cuatro años (como mucho) hay que cambiar la ley y su consecuente burrocracia. Al final los colegios no saben qué impartir, los estudiantes no saben qué estudiar, los chicos pasan a lo largo de su vida escolar (10 años: de 7 a 17 años) por, como mínimo, tres sistemas educativos diferentes (divídase 10 entre 4). Cambia la cuerda gobernante y cambia el ideario, y hay que plasmaslo en una ley que TODOS cumplan, y a golpe de imposición por obra y gracia de la mayoría absoluta. Y además, el gasto asociado, de tiempo, de personal y de dinero, que sobreviene a cada cambio. Pensemos símplemente en los cambios en los libros de texto, que hay que comprar de nuevo cada año, ya no valen los del hermano mayor (¿negocio con editoriales?), pensemos en la redacción de BOEs, Documentos oficales de Comunidades Autónomasd, etc..., pensemos en modificaciones de programas y estructurales en los centros, pensemos en tantos y tantos cambios y el coste que suponen, principalmente el coste humano y personal de los profesionales del ramo; porque en tiempos de crisis hay que cambiar el ideario, sí, pero a coste cero, y que se las apañen los centros y las instituciones... y su personal, las personas... Pensemos en las insultantes palabras vomitadas sin tapujos por los políticos: eficiencia, calidad, competitividad,..., como si en vez de muechachos estuviéramos hablando del último modelo cuopé de una marca de coche.

Y digo yo, ¿no sería mejor dar libertad de ideas, proveer de medios suficientes para que los centros las desarroyaran, y que fueran los padres quienes decidieran el ámbito en el que quieren educar a sus hijos?. ¡Ah!, no, que las sociedades diversas son más difíciles de controlar...

Dice el dicho: en la diversidad está la virtud.
Dice el dicho: de donde no hay no se puede sacar (ni que lo pintes)
Dice el dicho: cada país tiene los políticos que se merece.

Entiendo que se hable de convicciones, pero especialmente en tiempos de crisis, quien debe imperar es el SENTIDO COMÚN.


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