viernes, febrero 18, 2011

ANONYMOUS (ANÓNIMOS)

El mundo está cambiando, no sé bien en qué dirección, pero algo se respira en el aire. Espero que no sean interesados líderes islamistas quienes estén promoviendo las rebeliones más o menos pacíficas contra los tiranos enquistados del mundo árabe. Espero que aquellos no estén empujando a las masas a lo carne de cañón para recibir los balazos y que, una vez derrocado el tirano, practiquen aquello de "quítate tú para que me ponga yo". Espero de corazón que sean rebeliones en plan "ya está bien" de los pueblos contra los tiranos oligarcas y explotadores.

Pero hay otra revolución, y aprovecho ahora que "Nodo"9 (Canal9), la terrible y partidista televisión autonómica valenciana, empieza a emitar el remake de V, y llamo la atención sobre la otra V, la de Vendetta.

Y es que durante años nos hemos dejado adormecer en la bonanza económica, y hemos dejado que unos pocos se conviertan en oligarcas en la sombra que controlan nuestras vidas, nuestros destinos y hasta nuestros gustos, los nuestros y los de nuestros políticos y gobernantes, sí, aquellos que, ufanos, tan poderosos se creen, y que no son menos marionetas que nosotros mismos en manos de aquellos hombres grises que quieren seguir enriqueciéndose, de dinero y poder. Aquellos que en cuanto alguien levanta la voz en su contra, intentando despertarnos, se agitan nerviosos en sus sillones de orejas y empiezan a mover los hilos para salir indemnes, buscar cabezas de turco, acabar con los que levantan la voz, desprestigiarles, y seguir "dirigiendo el cotarro" que, más que los dineros, es lo que les gusta.

Y así tragamos con incrementos de tasas salvajes, con facturas abusivas, con manipulación mediática, con aborregamiento, eso sí, siempre que tengamos el móvil de última generación, la pantalla de plasma más grande posible y el Gran Hermano de rigor para entretenernos. ¿Información? no es necesaria, sólo la justa para mantenernos asustados y, con nuestro miedo, poner ya lo último que nos queda en manos de estos oligarcas y monopolistas: nuestra confianza, nuestra fe.

Pero el hombre (y la mujer) es más de lo que aquellos creen, y voces rebeldes han habido, hay y habrán siempre, y curiosamente los medios que estas voces discrepantes suelen utilizar raramente son violentos (nada que ver con los golpes de estado y las muertes inocentes que aquellos suelen ocasionar con la justificación de intereses comerciales). Por eso aplaudo a aquellos que con las famosas caretas, alzan la voz en silencio, para decir a los poderosos que ya basta, que hagan sus negocios, pero no a costa de nuestras vidas.

Y aun hay quien me pregunta porqué sigo sin querer tener teléfono móvil. He aquí la respuesta: porque no me da la gana!