domingo, septiembre 08, 2013

RESENTIMIENTO

Gira la flecha... me dijeron. Vale... dije, pero es que será una flecha más que apunte en mi dirección, porque los indios me están acribillando. Oops!... dijo el Gurú... OK, deja tu flecha por un tiempo, deja el látigo, quizá sea tiempo de esquivar esas otras flechas, de hacer que no te hieran. Ya tratarás con la tuya más adelante... Eso mismo, le dije.

Resentimiento, propio, ajeno, pataletas, miedos, inseguridades, todo es la misma sopa, y si además está caliente, hierve, el daño, a uno, a los otros, puede ser grave.
Cuando el resentimiento es propio no queda más que mascar, duro, hasta deshacerlo (consejo culinario: echarle un poquito de agua fresquita o zumo de naranja para reblandecerlo y que tenga mejor sabor, áltamente recomendable). Cuando el resentimiento es de otros y te afecta, no lo hagas propio, repito, es de otros, así que si no se giran sus flechas gíraselas tú, y que las mastiquen ellos, que bastante tenemos con las propias.

Y con el resentimiento propio, duro, amargo, difícil de tragar, pues no viene mal pedir un poquito de azúcar, o de miel, para ayudar a que pase, y que la paz y la alegría regresen...

EL MIELEEEERO, MIEL FRESCA TENGO!!!!
(Para las víctimas del resentimiento, propio o ajeno, un poquito de miel y mucho amor desde este puerto)

1 comentario:

Jesús dijo...

Curioso, esta entrada tiene 30 visitas. Será que uno de esos motores de búsqueda y de tráfico la ha captado?. Puede. Espero que no sea porque hay mucha gente resentida en el mundo. Yo ya me quité el que me quedaba, y al oso le queda miel. Abrazos.