martes, septiembre 03, 2013

CONEXIONES Y DESCONEXIONES

Verano de conexiones y desconexiones.

Qué fácil es conectar, y qué difícil lo hacemos...
Qué fácil desconectar, y qué fácil lo hacemos...

Y no hablo de poner puntos y finales, como leí hace poco: Uno de los mayores errores ortográficos actuales es no saber poner los puntos finales. Hablo de desconectar, de uno, de los otros, de las almas, del amor. Nos anclamos en el drama, parece que nos guste. Nos empeñamos en concentrarnos en el lado negativo de las cosas, por los puñeteros miedos, nuestros miedos.

Cuando lo más fácil es (debería ser) dejarse llevar, fluir, aceptar, sentir. Pero no, mira que nos gusta el drama!.

Toda aventura acaba bien si al final de ella uno sale vivo, porque si uno sale vivo sale fortalecido; y si sale herido empieza otra aventura, la de sanarse, y prepararse para la siguiente aventura, para la siguiente batalla... o para el siguiente baile...

Qué fácil es desconectarse de uno mismo y abandonarse a la desgracia, a la (como decimos) "mala suerte", a la desesperación, a la desesperanza. Pero los fracasos y las decepciones pueden ser la puerta a la esperanza si uno tiene puestos los ojos en el porvenir de ahora, en aquello que me va a pasar en los próximos 5 minutos, 5 horas, 5 días.

Los fracasos y las decepciones, los miedos, las defensas para no sentir esos miedos...

La vieja que fumaba en pipa (ver entrada anterior) solía contar el cuento de los guerreros:

En un valle había dos poblados de guerreros que defendían sus plazas con arrojo y valor. Los de uno de los pueblos usaban armaduras metálicas, poderosas, pesadas. Los golpes de los enemigos apenas hacían mella en ellas. Solían ganar todas sus batallas. Sin embargo, en todas ellas perdían a alguno de sus guerreros, pues aquellas armaduras metálicas, poderosas, pesadas, tenían un punto débil, un hueco en la axila para permitir la mobilidad del brazo. Y por muy poderosa, y pesada, que fuera aquella armadura metálica, siempre algún cuchillo o lanza enemigos encontraban el hueco. Y el guerrero, confiado a su armadura poderosa, y pesada, perdía la vida por una única herida letal. Y así, poco a poco, el pueblo en cuestión fue perdiendo guerreros, hasta que por causa de su reducido número empezaron a perder batallas, y finalmente la plaza.
Los guerreros del otro pueblo también portaban armaduras, pero en este caso de cuero, menos poderosas, pero ligeras. Las armaduras de cuero, ligeras, paraban algunos golpes, pero muchos otros golpes terminaban en las carnes de los guerreros durante las batallas, y las heridas sufridas eran numerosas, aunque rara vez letales. El guerrero herido sabía cuándo retirarse del combate para recuperarse de sus heridas y, así, estar listo para la próxima batalla. Este segundo poblado se mantuvo próspero durante mucho tiempo bajo la defensa de sus guerreros, con armaduras de cuero ligeras, que orgullosos mostraban sus heridas de guerra.

Que nadie te desconecte de tí mismo, guerrero, observa tus heridas, observa el combate, la batalla, el baile, danza con tu espada, y retírate cuando la lucha se vuelva en tu contra. Otros bailes vendrán, otras batallas.

Que nadie te desconecte de tí mismo, que nadie te quite la sonrisa.

Mi agosto fue un mes de conexiones y desconexiones, nuevas conexiones, refuerzo de conexiones antiguas, nuevas desconexiones, incluso conexiones que desconectaron y volvieron a conectar.

De todas las conexiones, la más importante con uno mismo.
Las desconexiones más importantes... ya no importan.


(Comentario con dedicatoria: Si la desconexión cuesta y el enchufe se engancha: Otobús!!)

3 comentarios:

Anónimo dijo...


Como todo lo q escribes.. q bello! y q sabio!!
Gracias G-sus!!

Giselle dijo...

...bailando el mismo proceso... la conexión con esta alma querida, que no se me escape! que con ella estaré todas las vidas.

Jesús dijo...

Gracias por los comentarios, agradecido por las visitas. Nos prodigaremos, pero uno escribe aquí por inspiración, es decir, cuando se me pasa algo por la cabeza o cuando mis ojos observan algo que merece la pena diseccionar y/o comentar. El Leitmotiv del blog está en la cabecera.

Abrazos

El autor.