Hoy dejo que sean otros los que escriban, porque por si no nos acordamos, o para que lo hagamos, en el Congo están en Guerra:
http://www.elmundo.es/documentos/2003/04/guerras_olvidadas/congo.html
Ya he escrito antes sobre el tema, pero es bueno recordar.
Una de las razones por las que sigo sin teléfono móvil (sí, ya sé, el coltán también se usa en los portátiles, iPODs,..., pero valga como gesto, valga como recordatorio).
Consulté a Dios, como siempre hago, pidiendo imágenes para ilustrar la entrada. Y en pocos segundos encontré ésta:
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6 comentarios:
JODER...
¿has leído el libro de Vázquez Figueroa que se llama así precisamente, Coltán?
No, pero sería un regalo de Navidad que apreciaría!. Lo buscaré en la FNAC (voy a la terreta en Xmas).
http://blogs.20minutos.es/enguerra/post/2008/11/18/los-niaaos-juegan-la-guerra
No se pierdan este post en el blog de H. Zin
Indecente, inhumano e inmoral, es que unos hagan negocio y se enriquezcan a costa de "robar infancias"...
Últimamente me pregunto, que clase de mundo estamos cosntruyendo o estamos dejando cosntruir a otros...
Un abrazo grandote
Yolanda
Aqui paso a decir "wenas"...
No creo que el Coltán sea el problema, sino la gente que gestiona esas minas y la corrupción que campa a sus anchas en muchos países de África.
Cuando se valora más el dinero que la vida el problema real es la escala de valores. Bueno, y todos los enormes privilegios que conllevan los puestos de poder en esos países y que contrastan mucho con la calidad de vida de la población ya que son privilegios heredados de la época de las colonias. Si la comunidad internacional luchara porque los gobernantes africanos tuvieran más responsabilidades y menos calidad de vida irresponsable a cambio del dinero que les enviamos a lo mejor lograríamos algo.
Por cierto, espero que no sea este el único motivo por el que no tienes móvil porque las empresas contribuyen a generar empleo y el empleo es lo que ayuda a un país a que generaciones posteriores puedan educarse y mandar a sus infantes a la escuela y no a la guerra o a las minas.
La esperanza de África con la crisis actual es que sigan siendo mano de obra barata.
María
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