El mundo, si no me equivoco, está en cosntante cambio y transformación. Muchas veces, a peor. No es idealismo sino mero egoísmo bien entendido procurar no aumentar sus males e incluso corregir alguno de ellos...por nuestro bien.
Fernando Savater, respuesta a una pregunta en un encuentro digital de ayer.
No es que comulgue con este señor, poco o nada he leído de él, pero de varias fuentes me ha llegado que es un gran escritor, mejor pensador y una pesona con un buen par de
bollocks.
En cualquier caso, este señor no está de paso, no.
Y es que, como ya he escrito otras veces, en esta vida uno tiene dos opciones, a saber: (1) estar de paso o (2) quedarse, en el sentido de dejar algo, porque más tarde o más temprano todos debemos irnos en algún momento. Claro, que si uno está de paso, pero de paso firme y dejando huella, esa es otra forma de quedarse.
Me explico.
Estar de paso es más cómodo, más sencillo, respetable incluso. Significa vivir la vida, al máximo, o al mínimo, sin preocuparse más que de la vida de uno, aunque los buenos corazones repartan solidaridad, pero siempre desde el punto de vista de la necesidad de ser solidario uno mismo. El que está de paso vive su vida, sin pensar mucho en ella. La vida es para uno, y uno está para vivirla.
Pero hay quien decide no estar de paso, quien se resiste a pasar por la vida sin más, quien piensa que toda vida debe de dejar algo detrás, algo que construya, algo que restaure, algo que contribuya, algo que sea recordado (o no, quizá sea lo menos importante, claro, que si esto se hace importante volvemos al primer grupo de gente). Hay quien piensa, y decide que sus pensamientos deben quedar, y escribe. Hay quien idea, y piensa que sus ideas deben quedar, y construye, no por ganar dinero para los garbanzos, como dice sabater, sino para dejar constancia de algo. Hay quien siente, y piensa que sus sentimientos deben quedar, y comparte, aun asumiendo riesgos. Y entre todos estos encontramos, pensadores, políticos, científicos, artistas, humanistas, filósofos,..., de los que están en los libros y de los que aun no están (y quizá no estén) en ellos.
Sin embargo, lo maravilloso de todo esto es cuando alguien está de paso y, casi sin querer, deja algo
.
Definitivamente, como Sabater, yo no estoy
De Paso.