lunes, febrero 16, 2009

PIEDRAS

Hace tiempo ví una película con este simple título. En ella se hablaba de la fortaleza de mujeres, duras como piedras, a pesar de sus vidas. Hoy una de esas piedras está recogiendo fruta, como quien dice, y por fin, y yo que me alegro, y que dure. Pero no es (sólo) de estas piedras de las que quiero hablar hoy.
Y es que este fin he decidido viajar para despedirme, carretera y manta, de la pérfida Albión, que ni tan pérfida ni tan Albión (más bien gris). Así que me he hecho la ruta de las piedras aprovechando que tenía que viajar a Exeter por motivos académicos. De ahí seguí camino hacia Wells (pozos), donde la cámara no me dejó fotografiar su espectacular catedral por falta de energía (de la cámara). Intuyo que aquellas eran las tierras por las que una vez cabalgó el Rey Arturo, por la cantidad de tiendas, vehículos de empresas de reparto, Inns, Pubs, etc., que vi por carretera con nombres como Camelot o Avalon.
Luego fui a Bristol, donde me encontré con piedras de las primeras, de las que hablaba al principio, de las buenas, de cuya compañía y arte uno disfruta. Al día siguiente a disfrutar de más piedras, pero en este caso de las que los hombres ponen una encima de otra y fijan con argamasa. Impresionante la ciudad de Bath, donde en una plaza se juntan piedras antiquísimas, piedras antiguas, aguas termales y un par de humoristas enseñando sus posaderas a cientos de turistas...
Y después a ver las antiguas piedras, las que marcan las direcciones y las estaciones (quizá fui buscando dirección, pero principalmente para echar la foto y mandársela a alguien querido, cosa que ya he hecho).Tras un sueño reparador me fui a las "altas" (500-600 m, pero eso para UK es mucho) montañas de Dart Moor, donde me encontré con preciosos ponis de largas crines y gordas barrigas (destinados a las carnicerías, según me dijeron, rompiendo todo atisbo de romanticismo).
No coloco reportaje fotográfico, porque es lo que tiene viajar solo, uno sólo encuentra paisajes, edificios y piedras en las fotos muertas de su cámara; porque si retratarse uno mismo trata sólo obtiene primerísimos planos extrae-defectos faciales (lo que dé la longitud del brazo propio) o culos a la carrera sorprendidos por el automático de la cámara (qué rápido pasan 10 segundos). Y para fotos malas, mejor las postales paisajístas.
Y es que me encanta viajar, uno se encuentra con uno mismo cuando viaja en la propia compañía, se encuentra, o se pierde, de sí mismo, pero diantre, ya me gustaría salir decentemente en alguna foto de vez en cuando, y poner la cabeza como un bombo a una de esas piedras de las que hablaba al principio que con infinita paciencia y sorprendente interés escuche mis batallas y explicaciones de la Falla...

8 comentarios:

Esther dijo...

Jesuleras, el dia que una mujer escuche enteritas tus estadisticas falleras (horas de sueño totales,media de horas de sueño por dia, numero de fallas visitadas, etc, etc, etc) habras encontrado sin ninguna duda el amor verdadero.
Pa' luego es tarde.

Jesús dijo...

eso quiere decir que no lo voy a encontrar nunca. :)
De todos modos, en eso uno ya se va relajando, que nos hacemos mayores...
XXXXXX

Peritoni dijo...

Pues muy mal, hay que poner fotos sacada por uno, aunque no haya un ser humano en las mismas. O primerísimo plano pasado por Fotochof...
Por cierto estuvimos en Bath hace unos años, bonito sitio.

Anónimo dijo...

Me gusta la comparación.. siempre que sea por lo resistentes y no por lo duras (de no entender):)
saluditos!

Anónimo dijo...

Hola!

Acabo de llegar a tu blog por casualidad y he estado echándole un vistazo.... interesante, sólo un comentario sin importancia: Hay muchísimas mujeres con cara "guerrera" pero con alma de princesa :=)

Firmado: Otra seguidora de jardineros y jardineras fieles.

Jesús dijo...

Bienvenida a este blog Ainhoa.

Ando un poco out por temas de mudanza (de país), pero como decía Porky "pronto volveremos con más diversiones"

Besos

Jesús

Anónimo dijo...

Uy, eso es una mundanza en toda regla :=)

Estaré pendiente de las "nuevas diversiones".

Besos,
Ainhoa.

MORGANA dijo...

qué bueno poderse perder de uno mismo.
como me ha gustado este post.
besazos blandos pero duraderos como las piedras.