A día de hoy empezamos a escribir un poquito más en serio.
Hace no mucho leí un libro en el que el personaje principal, un hombre fornido, no paraba de quejarse de la (su) vida y no hacía más que repetir que en su interior escuchaba: "Ansío, ansío". El personaje (en realidad el escritor) me cargó un tanto con tanta queja. Hace un tiempo (no mucho) que decidí no instalarme en la queja y centrarme en la aceptación y en la resolución de problemas y situaciones adversas. Pero en cierta medida suelo escuchar esa misma voz con frecuencia. ¡Ansío!, ¿qué?, ni idea, pero es algo así como si la vida no fuera suficiente. Y, vamos, no es que mi vida sea insulsa, ni mucho menos (en la foto de mi perfil soy el del centro), pero me sucede, ansío. Más pasión? más aventuras? más acción?... Sea lo que sea, pienso que es bueno, todo lo que sea huir del conformismo, del acomodamiento, del amodorramiento es bueno. El problema es acallar al león que ruge, encontrar la bebida que me sacie... veremos. La aventura de la vida.
J
jueves, julio 20, 2006
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